Cuando empecé a estudiar la carrera de Traducción e Interpretación hace ya algunos años, los planes de estudio de la licenciatura no recogían la traducción para el sector turístico como una especialidad. De hecho las únicas especialidades que figuraban en la guía docente eran la traducción de textos jurídicos y económicos por un lado, y por otro, la traducción de textos cientifico-técnicos. Sin contar con la traducción literaria y la audiovisual que se incluían dentro del catálogo de asignaturas optativas con pocas plazas ofertadas porque entonces eran especialidades con "menos salida profesional". Sin adentrarnos en lo chocante que supone tratar en una asignatura textos jurídicos y económicos y en otra, textos científico-técnicos cuando tendría que ser una asignatura por cada especialidad, es decir, cuatro, llamaba la atención que siendo España un país que vive principalmente del turismo y la hostelería, no existiese la especialidad de traducción turística. A lo sumo se tocaban textos propios de esta especialidad en asignaturas de traducción general. Aún recuerdo uno de mis primeros proyectos en la facultad. Se trataba de la traducción de español a inglés de la carta de un restaurante. En un primer vistazo, me dije: no parece muy complicado. ¡ERROR! No sabía lo que se me venía encima.
Tras unos meses con nuestra página web activa, hoy por fin inauguramos nuestro blog. Han sido meses duros en los que hemos trabajado en la creación de contenidos y en la optimización de los mismos para conseguir un buen posicionamiento en la red. Pero ya podemos decir que lo tenemos, que todos los entresijos que conlleva la creación de un blog están más que claros y que a partir de ahora solo podemos comprometernos a ofreceros contenidos interesantes, últiles y con un toque divertido. Sin más, agradeceros vuestra paciencia y sobre todo vuestro apoyo.